Si te da tanta pereza como a mí quitarte el esmalte de uñas, este producto de Burjois te va a encantar. Se llama Dissolvant Miraculeux y el que inventó el nombre no pudo estar más acertado porque es realmente milagroso. Te cuento.
Viene en un bote muy práctico que contiene una esponja adosada a las paredes, impregnada del líquido desmaquillante, formando un hueco en el centro. Sólo tienes que destapar, introducir el dedo hasta cubrir totalmente la uña, girar unas cuantas veces el dedo como si frotaras la uña contra la esponjilla y voilà!, adiós al esmalte. Adiós también a los discos de algodón. Además, como es aceite nutritivo e hidratante protege las uñas. Nada que ver con los quitaesmaltes tradicionales, con o sin acetona. El olor es fuerte, no deja de ser un disolvente, pero no es tan desagradable como otros productos similares porque lleva aroma de frutos rojos y vainilla, un olorcito fantástico que se queda en las uñas una vez evaporado el líquido.
En la etiqueta dice un segundo, mucho más llamativo que poner 3 segundos que es lo que realmente vas a tardar. A mis sobrinos les hace mucha gracia porque creen que hago magia de verdad, para que veas que el título de hoy no era exagerado.
Llevo meses usándolo y lo he probado con esmaltes de todos los colores, así que os puedo asegurar que este producto funciona. Su precio: unos 6€ estupendamente invertidos.
Chicas, haceros con uno, os va a encantar. Me pregunto por qué tardan tanto en inventar algo parecido para la pedicura...
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